dimarts, 9 de novembre del 2010

Microrelatos made in "La Tramontana"

La librería "La Tramontana" vuelve a movilizarnos en uno de sus concursos habituales; como viene siendo habitual, hay premio. Esta vez se trata de un concurso de microrelatos. ¿Qué qué són microrelatos? Relatos de máximo 100 palabras.
El tema es Adiós, CH y LL, adiós:

Podéis localizar el foro en facebook, en Club de Amigos de la librería "La Tramontana".

dilluns, 8 de novembre del 2010

¿Eliminar archivo? Sí, no, eliminar varios

Esta semana no he tenido tiempo ni para leer un poquito (ni una sola novedad editorial), así que he decidido "postear" sobre otra de las grandes artes: la fotografía. Ni me dedico a ello ni entiendo, pero en plan casero, ¿quién no tiene un album familiar?

El de este fin de semana ha sido un tanto especial, con muchísimas fotos, diferentes encuadres y donde prevalece la fantasía y sinceridad y el desenfoque. Ante todo, unas fotos que curiosamente me llaman la atención, no por su belleza, sino por la cotidianiedad que hay en ellas.

La de cantidad de cosas que podemos descubrir mirando con detenimiento el reportaje de fotos de la última escapada a Madrid. Si la cámara de fotos la porta una niña a la que le encanta hacer fotos, probablemente se descubren "pequeños hallazgos" que me niego a borrar de la memoria de la cámara de fotos.

Les llamaron la atención los finales de las cañerías fantasiosas, cual caballeros andantes deseosos de batallas, en Alcalá de Henares:

 O los remos de las barcas del Retiro, en Madrid:

 El agua calmada:
 La grandiosidad de unas hojas de cualquier parque madrileño que -dicho sea de paso- ocultaban la cara de un avergonzado objetivo que quedó así inmortalizado:

 O se puede apreciar el making off delante de la casa natal de Miguel de Cervantes, en Alcalá de Henares, con todos los protagonistas distraídos i/o ajenos al momento foto:

 O un simple paseo, convertido en algo casual:

...

dijous, 4 de novembre del 2010

Sota l'epidermis d'una funcionària

Què hi pot haver sota de l'epidermis d'una funcionària que exerceix a l'administració pública des de fa més de quaranta anys? Sabiesa i prudència, mesclat amb realisme (que no pessimisme), amb la dosi exacta de precisió lèxica acompanyat d'una dura crítica cap al futur no gaire llunyà i d'un lleuger desencís. Ara bé, si més no, el problema el tenim les funcionàries que quedem, perquè aquesta senyora se'ns jubila de la vida administrativa pública.

Més d'una vegada he pensat que de gran m'agradaria tenir la sabiesa, l'acumulació d'experiència, de situacions viscudes, de manera de resoldre problemes d'aquestes funcionàries amb lletra majúscula, coneixedores d'un tema i amb idees clares que sembla que mai decaiguin i que s'han decidit a fer que l'administració pública sigui això, administració organitzada a fi d'interactuar i operar amb un tercer.

M'agrada poder compartir moments amb gent que ha tingut a les seves mans decisions que canvien el nostre país, que ens dirigeixen a canviar, a evolucionar, a marcar estudis crítics, a comparar-nos a d'altres indrets i extreure'ns què fem bé i què no fem bé ... i m'encanta que hi hagi dones emprenedores, capaces de dirigir equips, encoratjadores de noves fornades d'organitzadores firals i són capaces de transmetre'ns la il·lusió per les fires i que puguin formar part de l'economia catalana de manera que siguin un índex més a tenir en compte, o un indicador més de la llarga llista que n'hi ha.

Què n'he tret de l'epidermis? Avui: que tot plegat acaba amb un no sistemàtic.

dimecres, 3 de novembre del 2010

Generación fatiga

Fas cara de cansada -me suena. Soy parte de una gran legión de mujeres -cada vez más- que abarcamos ser madre trabajadoras (fuera y dentro de casa), amiga, profesora y pareja. ¿Y cómo no perder la energía?
En mis treinta y un años estoy cansada; me preocupa la idea; también he pensado estos días que me puede el otoño, la falta de sueño y las pocas horas de luz solar que me afectan de mala manera la serotonina.

Después de plantearme un poco todo (llegando a la conclusión que me da todo igual, en un alarde de negativismo puro tras suspender el examen teórico de coche, qué desilusión más grande), me doy cuenta que me debato entre dormir a pierna suelta en el sofá o bien ponerme frente a la pantalla lisa y blanca del procesador de texto. Gana el sofá. 0 a 1.
Vale, lo admito: el neuropsiquiatra David Servan-Schreiber me ha etiquetado como GENERACIÓN FATIGA. ¡Qué le vamos a hacer: nos encanta poner etiquetas y clasificar todo. El nivel de autoexigencia es tal que nos agota física y mentalmente. Me hace falta qué, ¿doctor? Una cura emocional (de buenas a primeras, suena mal y a psicoanalista).

Genial, me pido para Reyes una cura de esas, que tan bien suena, a ver si así recupero energía, porque ni con complejos vitamínicos ni jalea ni própolis. Y si se nota que estoy cansada es por la carita de cordero degollado que arrastro. Creo que voy a combatir las presiones de mis trentaypocos con unos cuantos cosméticos, que repito voy a encargar a SSMM los Reyes Magos en el siguiente orden:
- un cosmético que me aporte luminosidad, con vitamina C. Mínimo ya puedo preparar 100 €
- una crema rica en jalea real, para el contorno de ojos y batir los efectos del cansancio. Si reduce las ojeras, me conformo. Otros 100 €. Suma y sigue.

Y si sigo pensando veo que en otoño la piel se castiga más, se cae más el pelo y que no tengo que preocuparme, que se acerca el final de año y acumulamos desgaste, preocupaciones y ocupaciones .... puedo hacer una de esas mascarillas milagrosas de nuestro querido Txumari, que seguro que me ahorro una pasta y tengo los ingredientes en casa (yogur, limón, miel y azúcar) ... et voilà.